viernes, 16 de noviembre de 2018

Jobshadowing Berlín 8 nov 2018

El día, como es habitual, comenzó con una breve reunión con nuestro coordinador con el fin de revisar un poco la jornada laboral. A continuación tuvimos una de las mas gratas sorpresas de esta semana, la reunión con dos delegados de clase, de nivel y de centro, Simon (15 años, alemán de madre española) y Serafina (15 años, alemana de padre cubano). La charla fue de lo mas inesperada y enriquecedora debido a la enorme madurez que derrocharon los chicos. Entre otras cuestiones, nos llamó poderosamente la atención la clarísima conciencia que tienen de que el alumnado puede y debe cambiar muchas cosas del funcionamiento del centro, así que se organizan en grupos de trabajos y comisiones para hacer propuestas de aquello que quieren cambiar y llevarlas a cabo.
A continuación tuvimos una nueva reunión con el director. En ella abordamos diversos temas, tales como el índice de fracaso escolar del centro, que es llamativamente bajo (un 3 %); el sistema de apoyo vinculado con las empresas y financiado por el gobierno; los programas de colaboración con empresas y la ayuda que les brindan a la hora de encontrar trabajo (nosotros le expusimos las diferencias con España); el tiempo de permanencia de los alumnos que no hablan alemán dentro del aula de apoyo lingüístico (nos dijo que depende fundamentalmente de la capacidad del propio alumno a la hora de aprender lenguas, y del grado de educación con que llegaron al centro, que suele ser mayor en los alumnos de familias más acomodadas); y del hecho de que el propio instituto puede elegir a algunos de sus alumnos, lo cual mejora el rendimiento del centro.
Nuestra siguiente parada fue una entrevista muy cordial con la coordinadora del programa de atención y apoyo a los alumnos con necesidades educativas especiales. Esta nos explicó todo el proceso que llevan a cabo para detectar a estos alumnos y cómo actúan con ellos: los alumnos traen unos informes de primaria, pero ellos también realizan un diagnóstico. Los alumnos con estas necesidades cuentan con un año más para conseguir su certificado. Las aulas tienen entre ocho y doce alumnos. Estos alumnos presentan algunos problemas de relación con otros estudiantes, debido a sus propias inseguridades, falta de autoestima, falta de tiempo de las familias para atender a sus hijos y a sus dificultades de concentración. Nos sorprendió que en el instituto hay setenta nacionalidades distintas, con una gran variedad idiomática. Por esto cuentan con seis pedagogos (uno o dos por cada nivel desde séptimo hasta décimo); cada pedagogo trabaja en un único nivel. Realizan reuniones semanales de puesta en común.
Nuestra última actividad fue la Willkomensklass. Es la clase donde van los alumnos extranjeros que no saben nada de alemán. La preocupación principal en estos casos es que el alumno aprenda la lengua para poder incorporarse al sistema educativo plenamente. Sin embargo, en estas clases no se estudia solamente la lengua alemana, sino que se aprende a través de trabajos y proyectos sobre muy diversos temas que se desarrollan en el aula. La mayoría del alumnado en el grupo (todos excepto dos de un total de doce alumnos) eran hispanohablantes. Un chico de Córdoba nos explicó su experiencia personal, con la que estaba muy satisfecho. Esperaba poder incorporarse a primero de bachillerato lo antes posible.


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