Y llegamos a nuestro último día, que
empieza visitando las jornadas de empresarios dentro del
instituto. Consiste en un evento que reúne a los alumnos de los
últimos cursos para ver las propuestas de representantes de
empresas. Estos vienen con la idea de animar al alumnado a elegirlos
para completar su formación. En estas empresas podrán seguir
aprendiendo, al mismo tiempo que realizan sus primeras prácticas y
reciben sus primeros sueldos. No cabe duda de que es un trampolín
muy útil para la inserción laboral.
Tras esta reveladora jornada, nos
dirigimos al departamento de español con el fin de trabajar
en el ordenador, poner al día algunos asuntos y mantener un coloquio
informal con los profesores de lengua castellana sobre el tipo de
pedagogía que llevan a cabo. En todo momento nos hemos sentido muy
integrados y acogidos por estos compañeros de Alemania, y sus puntos
de vista sobre una nueva pedagogía nos han resultado muy
motivadores.
A continuación, asisitimos a una
clase de inglés, en la que se hacía una actividad especial
relacionada con la celebración de El Día del Recuerdo,
dedicado a conmemorar los acontecimientos acaecidos en la Primera
Guerra Mundial. La acividad consistía en un juego de preguntas con
respuestas múltiples de entre las que había que elegir la correcta,
y donde toda la clase podía participar utilizando su móvil.
Utilizaron para ello la aplicación Kahoot y se realizó de forma muy
rápida y efectiva.
Cada curso se organiza un día temático
al final de la primera semana tras las vacaciones de otoño y las de
invierno. Durante la semana, preparan actividades en torno al tema
elegido por el propio alumnado y las desarrollan durante las tres
primeras horas de clase. El Día del Recuerdo
fue el tema elegido por el alumnado para este semestre.
Finalmente, tuvimos nuestra última
reunión con el encantador señor Edroso. En ella hicimos una
puesta en común de todo lo que habíamos hecho y aprendido a lo
largo de esta enriquecedora semana, le expusimos los muchos aspectos
que nos habían seducido del centro y, a petición del propio señor
Edroso, nos permitimos darle humildemente un consejo: crear una hora
de la comida para los profesores y actividades de cohesión entre
ellos, porque los horarios con que cuentan son intensos y disponen de
poco tiempo para socializar. A continuación, y para poner en
práctica nuestro propio consejo, salimos a tener un ameno almuerzo
con nuestro mentor en este tan singular y agradable instituto.
En conclusión, debemos decir que ha
sido una semana preciosa, llena de descubrimientos; hemos aprendido
muchísimo tanto de otros profesionales de la docencia como de los
propios alumnos, tan involucrados en su proceso de aprendizaje. Nos
vamos con mucha pena y con la sensación de que habríamos necesitado
mucho más tiempo para adquirir todos los conocimientos que tan
generosamente nos han brindado nuestros colegas del Friedensburg
Oberschule. ¡Siempre nos quedará Berlín!